La magia del silencio

Indagando por internet y la plataforma e-biblio encontré este libro con un título muy sugerente y atractivo. Entonces decidí leerlo y os tengo que decir que me ha encantado. Para mí, no es un libro de autoayuda al uso. Su autora comienza hablándonos de las etiquetas de la sociedad occidental: " yo soy médico" ó "yo soy periodista". Tendríamos que eliminar ese "yo soy" por " yo me dedico a..."Porque ante todos somos personas, independientemente a los que nos dediquemos.

La escritora nos habla sobre otros conceptos del siglo XXI muy presentes en el siglo XXI como la carencia o la contaminación visual a los que estamos sometidos. Casi sin darnos cuenta estamos en la sociedad del "más": cuantos más dinero poseas, cuantos más amigos poseas.... más feliz serás. Y yo aplico otra expresión que siempre me ha encantado: menos es más.

Recuerdo un pasaje de una de mis películas favoritas La vida es Bella en la que Guido, que ejerce de camarero, tiene un cliente muy especial. Él ejerce de médico y le apasionan las adivinanzas. Y le propone la siguiente: si pronuncias mi nombre, desaparezco. Y Guido, después de mucho pensar, lo adivina: el SILENCIO.

Creo que el silencio es muy importante en nuestra sociedad, pero no entendido como una ausencia de ruido, como dice la autora. Es
  saber disfrutar de las pequeñas cosas: una velada con amigos, un paseo por la orilla del mar, tomarse una copa de vino en compañía de tu familia, una llamada telefónica con alguien con quien hace mucho que no hablabas... 

Creo que este confinamiento nos ha hecho volver a nuestra esencia y valorar pequeños gestos tan importantes en la vida como un beso y un abrazo. Mi madre le dice a mis hijas que cuando todo esto acabe, vamos a hacer una fiesta de besos y abrazos. ¡ Totalmente de acuerdo!

Kankyo Tannier nos propone una cura de silencio en cierta forma para volver a nuestra esencia, con ejercicios que podemos aplicar en el día a día. Yo, sin saberlo, practico a veces esa "cura de silencio". Me gusta mucho la playa y "hacerme la muerta", que simplemente consiste en tumbarte en el agua con la cabeza hacia atrás. En ese momento, cierras los ojos y sólo escuchas el sonido de las olas del mar. A mí me proporciona una sensación de paz alucinante. Es como si de repente el mundo dejara de existir y sólo me centro en ese sonido.

La autora nos invita a hacer  una desconexión de las redes y del mundo digital. Y creo que es algo totalmente necesario. Yo no he hecho una "cura de desconexión" tal cual. Pero sí que en ocasiones he apagado el móvil  y entonces me he sentido libre, como cuando de pequeño te ibas a dar una vuelta y realmente estabas desconectado porque no existían los móviles. 

No hago apología de las redes sociales, pero por supuesto no estoy en contra de ellas tampoco. Creo que como dijo Aristóteles, en el término medio está la virtud. La tecnología y las redes sociales son herramientas básicas de este siglo XXI que nos facilitan la vida, siempre y cuando sepamos cómo manejarlas.

Sin ir más lejos, en este confinamiento internet y las redes sociales han sido grandes aliados

 para mí y para mucha gente. Gracias a ellos he podido leer online en plataformas como e-biblio. No me acostumbraba a leer en formato digital y en este confinamiento he leído 8 libros de forma electrónica. Y ahora combino el libro físico con el libro digital.

Y hay otra red que para mí ha sido fundamental en este confinamiento: Instagram.

Yo no estaba registrada y lo hice en el confinamiento para acceder  numerosas contenidos musicales. Para mí la música es indispensable en mi vida. De hecho, no hay día que no escuche música y me acompaña siempre en mis quehaceres diarios. Creo que ha habido grandes artistas como Rozalén, Amaral, El Kanka, Shuarma (por nombrar sólo algunos) que nos han deleitado con su música y nos han hecho llevar mucho mejor este confinamiento. 

Yo tuve la suerte de tener unos vecinos que se dedican a la música, que tienen un grupo llamado La gata jazz.(Os remito en el enlace a la canción Te necesito de Amaral interpretada por Carmina de La gata jazz).

Durante el confinamiento nos cantaban todas las noches la canción de Resistiré y nos dieron una par de conciertos en la terraza, sin olvidarme del cumpleaños feliz que ellos me regalaron. Tanto Carmina como Nico desprenden luz y pasión por la música. ¡¡Muchas gracias!!

La magia del silencio para mí es un canto a la vida, es un saber valorar lo bonito de la misma y todo lo que puede ofrecernos. Tal como dice la canción La forma de mirar, que conocí por mi amiga Raquel: " No es cosa de suerte, ni ocurre por casualidad, tú sabes que la respuesta está en la forma de mirar". Los Aslándticos.

      Namasté

 Vanesa Blanco Santiuste.