jueves, 25 de junio de 2020

Iron mind

El otro día iba paseando con mis hijas por la calle y, de repente, nos pusimos a hablar sobre la vida, que uno tiene que hacer lo que le guste y que, sobre todo, lo más importante es la actitud que uno tenga en la vida. Y le puse como ejemplo a Enhamed Enhamed, un deportista español, el mejor nadador paralímpico de la historia, que consiguió ganar un triatlón con la compañía de su ceguera. 
Y, entonces, mi hija Ainhoa me dijo: -mamá, si yo quiero ser pediatra, ¿Tengo que esforzarme para conseguirlo? Y yo le dije: Claro, hija, tienes que empezar poquito a poquito. Primero tienes que pasar primaria, luego secundaria, hacer la EBAU y después elegir medicina.  Para ser doctora tienes que estudiar mucho y esforzarte cada día. Si quieres un día puedes hablar con mi amiga Sara que es neuróloga y ella te dirá cómo lo consiguió: con muchísimo esfuerzo y constancia.

Recuerdo perfectamente cómo llegó Iron mind a mi vida. Estaba en un momento de horas bajas y mi madre había oído hablar muy bien sobre él.  Entonces me fui a una papelería directa a comprármelo. He de decir que me enganchó desde el principio.Para Enhamed, durante mucho tiempo la ceguera era un problema que no le permitía disfrutar de su vida. Se volcó en el deporte y la natación y aquello le fue ayudando en su problema. Uno de los momentos que más me impactó es un viaje que hace a Nepal, donde conoce a Mírmala, una mujer ciega maestra de niños que cruzó un precipicio de 20 metros de caída. Y entonces Enhamed se da cuenta de que esa "discapacidad" está en su mente. Como bien afirma,  "la mayor "discapacidad" es la falta de confianza en uno mismo".







Enhamed se centra en el deporte y empieza a trabajar duramente para conseguir su objetivo: ser el primer deportista ciego en ganar un triatlón. Él cuenta que cuando estaba entrenando, se imaginaba llegando a la meta y escuchando al público vitorear su nombre. Aquello le ayudaba a entrenar día a día y no cesar en el intento.



Yo, de alguna manera, utilizo la técnica de Enhamed en mi vida personal,sobre todo cuando quiero irme de viaje a algún sitio soñado o tengo muchísima ilusión por algo en particular.  

Tengo una vecina de toda la vida, mi vecina Pepi, que canta muy bien. Siempre  la oía cantar desde la ventana y yo le decía: "si me caso algún día quiero que cantes en mi boda". Ella cantaba en un coro rociero y ya la había visto cantar en alguna boda. 
Bueno, pues llegó el día de mi boda y mi familia me dijo que mi vecina Pepi no podía cantar porque había dejado el coro y tenía que cuidar a su nieta. Yo entonces me imaginaba entrando a la iglesia del brazo de mi padre con la típica canción de entrada de las bodas. Y, de repente, según voy entrando a la iglesia escucho: " Cantemos, Romero, que las puertas del cielo se abren a grito de sol.." ¡ No os podéis imaginar la emoción que sentí en aquel momento! Es uno de los regalos más bonitos que he tenido en mi vida.

Enhamed Enhamed cambia su discurso personal de un modo magistral. Nos enseña en su libro que el esfuerzo y la constancia tienen su recompensa, que debemos luchar por lo que realmente queremos y no rendirnos a la primera de cambio.




Universidad de La Laguna (ULL) - Talent & job - Conferencia ...Hoy en día Enhamed ofrece sesiones de coaching en las que intenta explicar su propia experiencia personal para mejorar la vida de los demás. Si hay algo que Enhamed y su libro Iron Mind  me transmitieron es que la vida hay que vivirla con PASIÓN, disfrutando al máximo de cada momento, de cada persona que se nos cruza en el camino, mirando siempre hacia adelante y pensando que lo mejor está por venir.


          
                    Namasté.
  
         Vanesa Blanco Santiuste.

2 comentarios:

Maria dijo...

Recuerdo la primera vez que nos hablaste de este libro! Transmitias la misma pasión por él que hoy en tu escrito. Es mágico que los libros te enseñen y te hagan reflexionar tanto...

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchas gracias,María!La verdad es que me encanta leer y haceros llegar mis reflexiones sobre mis lecturas.
Namasté.