miércoles, 22 de noviembre de 2023

La vida es una partida de Parchís.

         Cada vez estoy más convencido de que el mundo funciona como una partida de parchís.                   
     No es una broma. Es una teoría bastante científica. Cada uno de nosotros somos una de esas fichas       redondas y planas. Al principio, nos encontramos en un lugar seguro del que, más tarde o más          temprano, tendremos que salir. Es nuestro hogar , allí vivimos con nuestra familia a salvo de                cualquier peligro, pero debemos abandonarlo para empezar nuestra nueva vida. Hay gente que         tiene suerte y consigue salir antes. En el parchís, sacando un cinco. En la vida, encontrando un buen  trabajo. Creo que es más fácil lo del cinco que lo del trabajo. Una vez que estamos fuera, empieza la  carrera. Corremos el peligro de que llegue cualquier otro y nos pise, y entonces tendríamos que        volver a empezar. Pero también contamos con la ayuda de las fichas de nuestro color, nuestros         amigos, nuestra familia. El resto tratará de jodernos, de llegar antes que nosotros. Es una carrera de velocidad, en la que el final es inevitable. Hay veces que tanteamos varias veces la muerte de la partida, como rebotando, antes de llegar a ella. Todos sabemos que el juego va a acabar , y tratamos de ganar, claro, pero, en el fondo, nos da pena que se termine. Creo que el planteamiento del juego es bastante cristiano, porque se asocia ese final con algo bueno, el triunfo.

Llegar a la última casilla con todas tus fichas es algo así como alcanzar el cielo una vez acabada la vida. Y la muerte de nuestra ficha cuando es devorada por una de nuestras enemigas, parece una especie de reencarnación porque, tras esa muerte, aparece otra ficha heredera suya que comienza su vida desde el principio. Existe un dado que es el que ordena los movimientos, el que hace que que uno gane y no pierda, porque sin suerte en el lanzamiento del dado no se puede ganar al parchís. Al dado, esé que dicta el comportamiento en todos los jugadores, algunos lo denominarán Dios, otros dirán que es Azar, y el resto lo llamaremos destino.

       Este  fragmento pertenece al libro Báilame el agua de Daniel Valdés, de la editorial Calambur Narrativa. Para mi, describe de un modo precioso la vida, una vida llena de vaivenes que siempre merece la pena.  Como dice Miley Cirus,


Por eso hoy, me despido de vosotros con una canción  que me encanta justamente de Miley Cirus, una canción que marcó un antes y un después de la cantante,que nos transmite un mensaje de motivación y esperanza para perseguir nuestros sueños.  ¡Disfrutadla!


                                               Namasté.     

                                                                            Vanesa Blamco  Santiuste


2 comentarios:

Marian dijo...

Interesante planteamiento, en parte estoy de acuerdo, con algunas cosas no, pero...así es la vida, jejeje. Gracias por compartirlo y mostrarlo ;)

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchas gracias por participar, Marian. Lo importante es que, cuando terminemos la partida de parchís, hayamos podido cumplir muchos de nuestros sueños. Nos vemos en esta sección de biblioterapia. Un saludo.