lunes, 5 de octubre de 2020

Niebla en Tánger

Imagen de google

La vida no sé si está hecha de casualidad o causalidad, como dice Elia Guardiola  Pero, desde luego, está llena de magia.En el cumpleaños de mi marido fuimos a cenar para celebrarlo. Al pagar  la cuenta, la camarera y yo nos pusimos a hablar del calor que hacía. Yo le comenté que el calor húmedo lo llevaba muy mal al ser de Madrid y estar acostumbrada al calor seco. Y entonces le pregunté: ¡Y tú de dónde eres? Y ella me dijo: De Marruecos. ¿De qué ciudad?- le pregunté. De Tánger, -me dijo. Y entonces yo le dije que iba a empezar a leer Niebla en Tánger.  Me preguntó qué  tal estaba y le dije que aún no había empezado a léermelo.

        Aquella misma noche lo empecé y en nada lo había terminado. El próximo día le hablaré del libro y de mi blog.

Flora está descontenta con su matrimonio y tiene una aventura con Paul. De repente, no sabe nada de su paradero y la única pista que tiene es el libro que se estaba leyendo: Niebla en Tánger.
Desde ese momento, encontrar a Paul se convertirá en su obsesión, una obsesión que le llevará hasta Tánger.
 
La novela se desarrolla principalmente en esta ciudad, pero la autora también nos ofrece unas breves pinceladas de Madrid. Como buena madrileña, me he sentido muy identificada con estos retazos que Cristina nos ofrece sobre la Gran Vía Madrileña. Cristina nos deleita con una descripción preciosa sobre la misma.
 
La protagonista siente que su vida está incompleta, se siente "anestesiada" por la vida. Su vida es como un puzzle en el que la última pieza se hubiera perdido. Me viene a la cabeza un poema de Mario Benedetti No te quedes inmóvil, que justamente hace referencia a que la vida hay que vivirla con Pasión, con intensidad. No podemos dejarnos llevar por un huir de los días, por un vivir sin vivir, sin sentido ninguno.
Imagen  de  google
      Su viaje a Tánger será el punto de inflexión en su vida que marcará un antes y un después. Debemos disfrutar de ese halo de magia que nos ofrece la vida.Y quizá este confinamiento nos ha hecho volver a esa búsqueda de lo sencillo que, como dice Conchita, hace que la vida merezca la pena,  como la lectura de este libro. ¡ Mil gracias Cristina López Barrio!
    
                   Namasté.

         Vanesa Blanco Santiuste.



   







      

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