jueves, 1 de abril de 2021

Kim Ji-young, nacida en 1982


Conocí este libro gracias a un blog literario que hablaba sobre él. Me llamó la atención su portada, muy dulce, y su protagonista, una mujer coreana del año 1982, un año después del que yo nací.

 Estoy hablando de Kim Ji- young, nacida en 1982 de Cho Nam- Joo.


 FICHA TÉCNICA

Editorial: Alfaguara
ISBN: 9788420437927
Fecha de edición: 2019
Nº edición: Primera
Idioma: Castellano
Encuadernación: Rústica
Dimensiones: 15 cm x 24 cm
Nº páginas: 157
Materias: Feminismo & Género / Narrativa Femenina /
Fuente: http://www.libreriaberkana.com

                              


                                                                 Resumen
    
«Ni siquiera yo sé si me casaré o si tendré hijos. O puede que me muera antes. ¿Por qué tengo que renunciar a lo que quiero ser o hacer por un futuro que no sé si llegará o no?» Esta novela ha pasado de ser la breve historia de una joven coreana a convertirse en un terremoto que ha sacudido a las mujeres de medio mundo. Kim Ji-young (que lleva el nombre más común entre las mujeres coreanas nacidas en 1982) es aparentemente una mujer como cualquier otra, con una juventud sin pena ni gloria, siempre a la sombra. Todo se retuerce cuando, de repente, Kim empieza a hablar con las voces de su madre, de una amiga desaparecida, de otras muchas mujeres. Lo que parecía una broma adquiere el tono de una respuesta, de una insurrección y, para los demás, el tono de una enfermedad.

                            Fuente: http://www.quelibroleo.com




                                                       Opinión personal

Corea y España, dos países distanciados físicamente y una historia con la que me he sentido muy identificada.
Chi Young era un nombre muy común en Corea en los años 80, al igual que Vanesa lo fue en España en aquella época. A las chicas del momento nos prometían un mundo diferente al de nuestras madres, con un prometedor futuro profesional en el que la conciliación familiar con la laboral parecía mucho más fácil. Nada más lejos de la realidad.
Chi Young se topa con numerosas dificultades laborales que se van incrementando cuando decide ser madre. De esta forma, el sueño de Chi Young se va diluyendo poco a poco, como un vaso de agua que se va evaporando con el paso del tiempo.


Ser hijo es algo que te viene dado, algo natural. Pero, cuando pasas de ser la hija de tus padres a la madre de tus hijas es cuando te das cuenta de que los hijos no vienen con manual de instrucciones. Todos lo hacemos lo mejor posible para tratar de conseguir la felicidad de nuestros hijos.


En la novela, se entremezclan muy bien elementos de ficción con retazos de la realidad histórica de Corea, que nos hacen ser partícipes de temas tan controvertidos como la conciliación familiar, la desigualdad entre hombres y mujeres, la brecha salarial... Y, sobre todo, nos hace ser conscientes de un tema tan importante como la depresión, que va de la mano de la soledad.
Y a todo esto, añadimos uno de los sentimientos que más persiguen a las mujeres: el sentimiento de culpa. Por ello, me gusta tanto la definición de Mala Madre del Club de las Malas Madres:


"Aquella madre y mujer que rompe con el mito de la madre perfecta, se sacude el sentimiento de culpa y lucha por una sociedad en igualdad".


Este sentimiento lo sufre la protagonista en el momento en que decide "tomarse" un breve descanso y disfrutar de un café en un banco del parque:


Ji-young recogió a su hija de la guardería y la puso en su carrito. Mientras empujaba el carrito para que disfrutara del sol y de la brisa antes del inicio de la época del frío, la niña se quedó dormida. Por un momento consideró regresar a casa, pero decidió seguir caminando al ver lo bonito que estaba el día. En la cafetería de la primera planta del edificio frente al parque ofrecían descuentos por la inauguración. Entró, pidió un café para llevar y se sentó en un banco del parque.


La niña dormía babeando y el café, que Kim Ji-young se estaba tomando al aire libre por

primera vez en mucho tiempo, le sabía a gloria. En el banco de al lado había un grupo de 

oficinistas   de unos treinta años. Se estaban tomando el mismo café que ella. Aun conociendo 

la asfixia, el cansancio y el estrés del trabajo, los envidió y se quedó mirándolos. 

En ese momento, uno de los miembros del grupo la miró de reojo e hizo un comentario a

 sus colegas en voz baja. Kim Ji-young no podía entenderlo todo, pero sí captó algunas palabras. 

«Yo también querría hacer el vago y tomarme un café en el parque con el dinero que gana 

mi pareja…» «Qué vida la de estas madres parásitas…», «Yo con una coreana no me voy a casar…».



Es muy fácil juzgar sin saber y aquel hecho hace que Ji- Young se sienta destrozada,
totalmente desconcentrada en sus tareas en el cuidado de su hija y del hogar.
Dentro de 2 semanas hará 2 años que viví el episodio más duro de mi vida. Jamás se me olvidarán las caras de mi marido y mi madre en el momento en que tuve que quedarme ingresada a causa de una depresión postparto que padecía. Un momento en el que mi vida dio un giro de 360 grados y me enseñó la lección más importante de mi vida: hemos venido aquí a ser felices, a no juzgar tanto, a saber perdonar y, sobre todo, a saber perdonarnos y ser más benévolos con nosotros mismos.
Desde entonces, doy gracias a la vida por haberme dado la oportunidad de disfrutar de mi familia y amigos.
Cuando mi hija mayor era pequeñita estaba obsesionada con trabajar. Me sentía un poco "mujer florero". Siempre he sido una persona con muchas inquietudes y se me caía la casa encima casi literalmente.
Hasta que me di cuenta de que uno tiene que estar a gusto consigo mismo, independientemente de si uno trabaja fuera de casa o no. Hoy en día, gracias a la lectura y a este blog, he encontrado el refugio idóneo para expresar mis ideas y sentirme realizada en mi faceta personal.


Por circunstancias, mi marido trabaja fuera de casa y yo dentro. Pero, lo que intento transmitir a mis hijas, es que los dos formamos un equipo y que todas las opciones son válidas, siempre y cuando uno esté bien consigo mismo.






Por eso, hoy me quiero despedir con una canción de una cantante y compositora que me tiene enamorada. Sus letras son pura poesía y siempre te hacen reflexionar muchísimo sobre la vida.
Es una canción de su último disco El árbol y las ramas. Se trata de la canción Y busqué de Rozalén.
Muchas veces buscamos fuera y nos equivocamos. Porque como muy bien dice Rozalén " la respuesta estaba dentro de mí".
Esto mismo es lo que le diría a Kim Ji- Young, la protagonista del libro: la felicidad es relativa y todo en esta vida es pasajero. Tal como dice Eloy Moreno en su libro Lo que encontré bajo el sofá,
es imposible ser siempre la misma persona porque vivimos.

                                   

                                    Namasté.

                        Vanesa Blamco Santiuste.



     Esta reseña está dedicada a todos los padres y madres que, día a día, luchan por cuidar a sus hijos,  independientemente de la edad que tengan. En especial, se la quiero dedicar a mis padres que, 
     a  pesar de la distancia y de llevar 7 meses sin vernos, hacen que sienta siempre su 
    presencia  conmigo.
     ¡ Os quiero mucho!¡Ya queda un día menos para poder abrazarnos!





















17 comentarios:

Locas del romance dijo...

Hola
Pienso que lo que trae el libro más lo que nos cuentas, es algo que se sigue viviendo en muchos hogares con mujeres maravillosas que seguimos pensando que a veces tenemos la función principal que es hacer felices a los miembros de nuestra casa, pero para eso hay que ser felices nosotros. Me llama lo que cuentas del libro y a i te dejo un abraz💕

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchísimas gracias Locas del romance. La verdad es que si nosotras no estamos bien, nada puede funcionar. Por eso,la felicidad empieza estando bien con uno mismo. De esta manera, es cuando conseguimos que todo fluya y cobre sentido. Gracias por tu participación. Un abrazo. Vanesa.

Belensbooks dijo...

¡Hola Vanesa!
No sé que me ha gustado más... si el libro, o tu reflexión.
Me he sentido identificada en el sentido de que llevo 3 años en paro y nadie piensa que antes estuve 10 años trabajando a tope en una oficina, solo piensan que llevo 3 años de mantenida. Es horrible sentir que se te cae la casa encima y no te dan oportunidad laboral mientras escuchas comentarios de gente sin tacto ninguno. Ahora estoy en momento zen, paso de lo que digan. Juzgar sin saber es muy fácil.
Respecto al libro, lo tendré en cuenta para futuras lecturas. Tiene pinta de ser muy enriquecedor. Gracias por la recomendación.

¡Nos leemos! 💜

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

¡Muchísimas gracias por tus palabras, Belén!Son todo un halago para mí. Desde que superé la depresión postparto, me propuse contar mi experiencia, de la forma más natural posible, para así dar visibilidad a una enfermedad más común de lo que se piensa. Desde aquí, quiero animar a todas las mujeres que tengan un bebé y no se encuentren bien, a que pidan ayuda. No pasa nada y pedir ayuda es de valientes.
Hoy estaba pensando en mi abuela paterna Elvira que,junto a mi abuelo Julio, sacaron adelante a sus tres hijos en la Galicia rural de los años 50. Mi abuela, además de sus labores de madre, labraba el campo, hacía pan y queso, iba a caballo a las ferias... Sería muy duro, no me cabe duda. Pero, tan duro como la sociedad de ahora, en la que nos enfrentamos a situaciones tan difíciles como la conciliación familiar y laboral, las desigualdades de género y, sobre todo, en la sociedad de ahora la mujer tiene que "acostumbrarse" a una maternidad en la que prima la inmediatez, la individualidad y, sobre todo, la soledad de la crianza, si encima eres una madre que no trabaja fuera de casa.
Por eso, animo a todas las madres a que acudan a talleres de lactancia., aunque ahora quizás pueden ser a través de grupos de whatsApp. Sea como sea, es lo mismo. Poder compartir tus inquietudes con mujeres con una situación similar, es de gran ayuda.
Gracias a los talleres de lactancia tengo AMIGAS maravillosas con las que he compartido grandes momentos. Un besazo enorme para vosotras.
Belén, si te animas a leer el libro, ya me dirás qué te ha parecido.
¡Nos leemos!

Vanesa

Maria Ligeia Amate dijo...

Hola!
Tienes mucha razón: no hay que juzgar ni prejuzgar y pensar sólo e ser feliz u a misma.
La gente se mete en todo y en el tema hijos-no hijos se creen tener tarifa plana.
Me gustaría leer el libro porque, aunque la protagonista me quede muy lejos, creo que tendré bastante en común con ella.
Besos!!

Diana Collins dijo...

Muchas gracias por tu reseña, me encanto <3
Diana de Aventura En Libros.

Na Marta i els llibres dijo...

Hola Vanesa!
El libro lo había visto en redes, pero no sabía de qué iba hasta leer tu reseña.
No es una lectura que a priori me llame la atención, pero, después de leer la reseña no me importaría leerlo.
Me ha conmovido leer tu experiencia personal. Coincido contigo en que hay cosas pendientes por normalizar y que pedir ayudar es normal y no pasa nada por ello.
Gracias por esta entrada en el blog.
Nos leemos ❤️
✒️ Namartaielsllibres

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchísimas gracias Na Marta i els libres. Creo que podría gustarte. Si te animas, no dudes en contarme tu opinión.
Nos leemos.

Vanesa Blanco Santiuste

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchas gracias, Diana. Me alegro de que te haya encantado. Nos leemos.
Vanesa Blanco Santiuste.

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchas gracias María Ml!Pues sí, como decían en El Rey León, Hakuna Matata, vive y sé feliz. Si lo lees, ya me contarás qué te ha parecido.
Nos leemos.
Vanesa Blanco Santiuste.

Emi, Mi Mundo, Mis Reglas, Mis Opiniones. dijo...

Hola Vanesa.
El libro que nos traes hoy parece que tiene buena pinta no me importaría leerlo cuando este mas libre de pendientes, me parece una lectura interesante.
Referente a tu confidencia, estoy totalmente de acuerdo contigo yo también estoy cansada de que la gente que no tienen ni idea juzguen sin saber. Te he entendido lo que te ha sucedido, y no esta nada mal pedir ayuda. Yo también he pasado por una depresión y te entiendo perfectamente corazón. Y como suelo decir vive y se feliz, que es lo que importa.
Gracias por la reseña y la recomendación.
Nos leemos. Besotes.
Emi 💖

Misinsajoblog dijo...

¡Hola!
Me alegro que te haya gustado tanto, Vanessa.
Es un libro que no descarto leer más adelante porque creo que trata temas muy interesantes que no suelen ser abordados en la literatura.
Nos leemos,
Misinsajoblog

Valentina Esperanza dijo...

Hola, he visto este libro harto y me ha encantado tu reseña a pesar de que no sé si seré mamá algún día si me identifico contigo ya que al final siempre somos juzgados por el mundo.
Un beso y nos leemos pronto🧡

Stefany Romero dijo...

¡Hola!

Esta es la tercera reseña que leo del libro y cada vez me llama más la atención, ya lo tengo anotado para más adelante.
Gracias por tu reseña y me gustó mucho tu refelxión.

Besos♥

Carolina dijo...

¡Hola! Me parece un libro muy interesante y con muchas cosas con las que reflexionar, me lo apunto. Gracias por la recomendación. Un saludo.

Karo Brim dijo...

Hola, excelente reseña.

He leído este libro y considero que los puntos a resaltar son que:
- No hemos avanzado respecto a la igualdad de oportunidades.
- No todas las mujeres deciden alzar la voz.

Leí este libro en una lectura conjunta que organice y las participantes (porque solo les intereso a las mujeres) al final contaron cada una, alguna situación con la que se pudieron relacionar y no hubo una sola que no tuviera nada que decir.

Así de simple.

Vanesa Blanco Santiuste dijo...

Muchísimas gracia Emi, Misinsajoblog, Valentina Esperanza, Stefany Romero,Carolina y Karo Brim. Es la reseña en la que más comentarios he recibido. Me siento muy agradecida todos los que habéis aportado vuestro granito de arena. Justamente me ha encantado esta lectura porquese sale de lo habitual y nos muestra las luces y sombras de la maternidad, en la que todavía debe haber muchos cambios en la sociedad, para que se consiga la igualdad de oportunidades en el mundo laboral. Ojalá y, poco a poco, podamos ir consiguiéndola o al menos acercarnos cada vez más.
Un saludo enorme para todas y Mil gracias, de corazón.

Nos leemos.

Vanesa Blanco Santiuste.