lunes, 7 de septiembre de 2020

El invierno que tomamos cartas en el asunto

¿ Quién no ha recibido una carta y se ha quedado prendad@ con sus palabras? A día de hoy recibir una carta o una postal por correo ordinario me sigue emocionando tanto o más que antes. En un mundo en el que prima la inmediatez,  una carta física es un regalo: su textura, su olor, su caligrafía y, sobre todo, su personalización. Un elemento dedicado sólo a ti. ¡Incomparable!

    Por ello, quiero hablar en esta entrada de un libro del que escuché hablar por televisión y que me maravilló: El invierno que tomamos cartas en el asunto de Ángeles Doñate.

    Sara es la cartera del pueblo de Porvenir y ve peligrar su puesto de trabajo ante la ausencia de cartas. Pero lo que no sabe Sara, es que Rosa, su gran amiga de 80 años, está dispuesta a ayudarla  para que lo conserve   ¿ Y cómo? Rosa empieza una cadena de palabras en la que las cartas serán las protagonistas.

A través de ellas iremos sumergiendo en la vida de Alma, la chica que llega a Porvenir precisamente para poner en claro su futuro;  Mara Polski, una gran poeta que se ha refugiado en el pueblo para pasar desapercibida; Manuela, que regresa a sus orígenes para encontrar la anhelada felicidad ;Karol, la limpiadora  de la oficina de correos que dejó atrás su país para mantener a su familia;Álex ( el chico eterno de Porvenir); Hypathia, la entrañable ama de casa que mantiene conversaciones con sus ingredientes culinarios y, como no,  Rosa, la gran amiga de Sara, 
Y no podemos olvidarnos de Fernando, antiguo habitante de Porvenir, que trabaja en una plataforma petrolífera en Noruega y que mantiene una relación vía chat con Sara que, cada vez, será más cercana. 

 Porvenir es el telón de fondo en el que se desarrolla esta historia. Creo que la autora eligió este nombre porque justamente todos los protagonistas  tienen un bagaje personal en el que prima la búsqueda de un nuevo sentido a sus vidas. En Porvenir esperan encontrar aquello que les falta para que las piezas encajen perfectamente en el puzle de la vida.

Y es que las cartas son un vehículo precioso para desnudar nuestros miedos, nuestras inquietudes y ahondar en lo más profundo de nuestro ser. A través de ellas somos capaces de expresar lo inefable y contar aquello que no nos atrevemos en persona. Son una especie de refugio en el que podemos despojarnos de aquello que nos hace daño, que nos hiere profundamente y que, a veces, no nos deja vivir en paz.

Ángeles Doñate es periodista por vocación y ha combinado su trabajo en revistas y periódicos con la enseñanza y la comunicación institucional. Ángeles tiene un estilo precioso y nos transmite en su libro la pasión que siente por la comunicación. Estoy deseando leer otro de sus libros relacionado con la misma,  El alma de la radio.

       Precisamente yo estudié Comunicación Audiovisual  porque mi sueño era ser locutora de radio.
 Tuve la suerte de cumplirlo en emisoras como Onda Móstoles, Radio Intercontinental o RNE.
 De todos los trabajos que he desempeñado, os tengo que decir que ser locutora es mi gran pasión.
 Para mí es maravillosa esa sensación que tienes antes de salir "ON THE AIR" en las ondas ¡Qué nostalgia!

 Había un programa de radio que combinaba las cartas con las ondas, que a mí me maravillaba:
  La gramola presentado por Joaquín Guzmán. 






Hoy hacemos 16 años juntos mi marido y yo y me gustaría hacer mi propia petición al programa . 
Esta canción estaba sonando justo en La Gramola cuando decidimos embarcarnos David y yo en esta aventura sentimental.
Hoy, 16 años después, no puedo estar más feliz con la decisión que tomamos. Gracias por todo,David. Te quiero mucho.

Éste es mi pequeño homenaje para Ángeles Doñate por su majestuosa novela  y el programa del magnífico Joaquín Guzmán. Espero que os guste la canción.  Pincha aqui.



            Namasté.

       Vanesa Blanco Santiuste.

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